"China ha instalado en Europa su peculiar forma de trabajar. Con discreción y sin apenas hacer ruido, los empresarios chinos se han hecho un hueco en los clústers textiles europeos con sistemas de trabajo que, en ocasiones, rozan, e incluso llegan a trasgredir, lo legal. La localidad italiana de Prato es ejemplo de ello, como también lo son el distrito de Carabanchel en Madrid o las localidades catalanas de Badalona y Mataró. La actividad textil que perdura en la región francesa de Cholet o en el norte de Portugal, en cambio, sigue en manos de empresarios locales..
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Un esquema similar se encuentra en el norte de Portugal, cuya actividad perdura en gran parte gracias a su proximidad con Galicia y a unos costes laborales más bajos que los de España. La industria de la confección en Portugal, igual que en Cholet, sigue en manos de empresarios locales.
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La estructura de la industria de la confección en la zona de Oporto es la de pequeños talleres confeccionistas, aunque los grandes operadores del sector producen en terceros países con costes de producción más bajos. Mientras que en Prato se adquieren prendas ya confeccionadas, tanto en Cholet como en Oporto las grandes marcas de moda proponen o compran diseños"
Trechos retirados de "De Prato a Cholet: ‘Made in Europe’ a precio de ‘Made in China’"